Rev Fed Arg Cardiol. 2013; 42(1): 29-34
ERICA Estudio de los factores de Riesgo Cardiovascular en Adolescentes
ERICA Study of Cardiovascular Risk factors in Adolescents
Walter Abraham, Gustavo Blanco, Gabriela Coloma, Alejandro Cristaldi, Natalia Gutiérrez, Luis Sureda, SAHA (Sociedad Argentina de Hipertensión Arterial) Distrito Sudeste
Secretaria de Salud Partido Gral. Pueyrredón, Buenos Aires, Argentina.
ERICA Study of Cardiovascular Risk factors in Adolescents
Walter Abraham, Gustavo Blanco, Gabriela Coloma, Alejandro Cristaldi, Natalia Gutiérrez, Luis Sureda, SAHA (Sociedad Argentina de Hipertensión Arterial) Distrito Sudeste
Secretaria de Salud Partido Gral. Pueyrredón, Buenos Aires, Argentina.
RESúMEN
La evidencia científica sugiere que la enfermedad cardiovascular tiene su origen en edades
tempranas de la vida y que el riesgo de enfermedad cardiovascular está determinado por el
efecto sinérgico de los factores de riesgo cardiovascular a través del tiempo. La asociación
frecuente de obesidad, sedentarismo, dislipemia y diabetes aumenta el efecto aterogénico de
la hipertensión arterial.
Material y Métodos: ERICA (Estudio de los factores de RIesgo Cardiovascular en Adoles-
centes) es un estudio epidemiológico diseñado para determinar, en una primera etapa, la
prevalencia de hipertensión arterial y otros factores de riesgo de enfermedad cardiovascular
asociados en una población adolescente escolar (n=1056) comprendida entre los 10 y 17 años
de edad.
Resultados: En el estudio ERICA, 14.9% de los adolescentes presentaron cifras elevadas de
presión arterial, incluyendo en este porcentaje tanto a los hipertensos como a los pre-hiper-
tensos. Una tercera parte de los adolescentes controlados presentaban obesidad y/o sobre-
peso.
Conclusiones: Los resultados del estudio ERICA mostraron mayor prevalencia de hiperten-
sión arterial, sobrepeso y obesidad en la población estudiada que la reportada en la literatura.
Palabras claves: Hipertensión arterial. Obesidad. Adolescentes.
ERICA Study of Cardiovascular Risk factors in Adolescents.
ABSTRACT
Scientific evidence suggests that cardiovascular disease has its origin during the early stages
of life, and its risk is determined by the synergistic effect of cardiovascular risk factors
over time. The frequent association with obesity, sedentarism, dyslipidemia and diabetes
increases the atherogenic effect of hypertension.
Material and methods: ERICA (Study of Cardiovascular Risk Factors in Adolescents) is an
epidemiological study designed to determine, in a first step, the prevalence of hypertension
and other risk factors associated with cardiovascular disease in an adolescent school
population (n=1056) between 10 and 17 years old.
Results: In the ERICA study, 14.9% of the adolescents had high levels of blood pressure,
including hypertensive and pre-hypertensive subjects. A third of the teens checked had
obesity and / or overweight.
Conclusions: ERICA results showed higher prevalence of hypertension, overweight and
obesity in the study population than the data reported in literature.
Keywords: Hypertension. Obesity. Teenagers.
INTRODUCCIÓN
Los factores de riesgo cardiovascular aparecen temprana-
mente en la niñez y adolescencia, y producen una repercu-
sión negativa sobre la calidad de vida1. La OMS menciona
diez factores de riesgo responsables de la tercera parte de la
mortalidad mundial, con diferencias regionales y de desa-
rrollo. Los principales son: hipertensión arterial, tabaquis-
mo, hipercolesterolemia, obesidad, el alcoholismo y la dieta
inadecuada.
Fisiológicamente, la presión arterial (PA) es considerable-
mente más baja en los niños que los adultos, pero se in-
crementa de forma gradual a lo largo de las dos primeras
décadas de la vida, llegando hacia el final de la adolescen-
cia, a alcanzar los valores de la adultez.
La presión arterial en la infancia y adolescencia debe ser
considerada según diversas variables, tales como edad,
sexo, peso y talla.
A diferencia de lo que ocurre con los adultos, no se encon-
traron diferencias de PA entre niños de diferentes razas.
Solo el Bogalusa Heart Study2 mostró diferencias de pre-
sión arterial entre niños blancos y afroamericanos, con va-
lores más elevados en este último grupo.
Existe cada vez mayor evidencia que la hipertensión arterial
esencial tendría sus orígenes en la infancia3. Algunos estu-
dios observacionales han demostrado que los niños prema-
turos o de bajo peso al nacer tienen mayor riesgo de padecer
hipertensión arterial en la vida adulta que los recién nacidos
de término o de peso normal para la edad gestacional.
La carga genética es otro factor importante en la adquisi-
ción de la hipertensión arterial. Los niños
de familias hipertensas tienden a tener valores de PA ma-
yores que los niños de familias normotensas, y por otro
lado, la correlación de PA entre padres e hijos adoptivos
es menor que entre padres e hijos biológicos.
La prevalencia de la HTA en la adolescencia no está clara-
mente definida. Datos epidemiológicos de los últimos años
en países desarrollados revelan que el promedio de presión
arterial ha aumentado en estos grupos etarios. Se publican
cifras con prevalencias variables, que se encuentran entre
4,7 a 13 %4,5 en la población menor de 18 años.
Al igual que en los adultos, la HTA se clasifica en esencial
o secundaria, siendo la hipertensión primaria la principal
causa a partir de los diez años de edad.
Muchos niños y adolescentes hoy son identificados como
poseedores de factores de riesgo genético ó metabólico
para una futura PA elevada, lo que hace necesario que los
mismos sean conocidos y manejados por el médico a tem-
prana edad para aplicar medidas cuando todavía el niño-
adolescente está normotenso, previniendo la aparición de
la HTA o finalmente retardándola lo más posible.
Resulta entonces de fundamental interés conocer la preva-
lencia de hipertensión arterial como así también la relación
con otros factores de riesgo cardiovascular en este grupo
etario para establecer una óptima estrategia preventiva y
terapéutica.
OBJETIVOS
••Primario
• Identificar la prevalencia de hipertensión arterial en
adolescentes entre 10 y 17 años inclusive de ambos
sexos.
••Secundarios
• Determinar parámetros antropométricos de la pobla-
ción estudiada.
• Identificar otros factores de riesgo cardiovascular
(obesidad, hipercolesterolemia, hiperglucemia, se-
dentarismo y tabaquismo) y antecedentes familiares y
peso al nacer.
• Buscar asociación estadísticamente significativa entre
el desarrollo de HTA, y el antecedente de bajo peso al
nacer, sobrepeso u obesidad actual.
• Evaluar conductas dietéticas en los adolescentes.
MATERIAL Y MÉTODOS
ERICA es un estudio transversal descriptivo en una mues-
tra de 1056 adolescentes escolarizados entre 10 y 17 años
inclusive, de ambos sexos, recolectada entre los meses de
junio del 2009 y diciembre del 2010 en la ciudad de Batán,
partido de Gral. Pueyrredón, Provincia de Buenos. Aires.
(Población de Batán según censo 2001: 9597 habitantes)6.
En cada escuela se entregó un Consentimiento Informado
para cada alumno, junto a una encuesta estructurada para
ser completada por padres o tutores de los adolescentes,
con el fin de recabar datos filiatorios, peso al nacer, antece- dentes heredo-familiares y hábitos alimentarios.
1056 adolescentes fueron autorizados por sus padres o tu-
tores y aceptaron participar del estudio (encuesta más exa-
men físico) y 245 de ellos aceptaron la extracción de sangre
en ayuno para determinaciones bioquímicas.
El examen físico se llevo a cabo en cada una de las escuelas,
donde se realizaron mediciones antropométricas con tallíme-
tro y balanza digital calibrada, y toma de la presión arterial.
Al momento de la realización de examen físico se interrogó
sobre práctica de actividad física extraescolar, agregado de
sal a la comida, consumo de tabaco y si había sido controla-
da su PA en visitas médicas anteriores.
Las mediciones de la PA se realizaron sin haber fumado ni
haber ingerido café al menos 30 minutos antes, en posición
sentada, con un esfigmomanómetro automático OMROM
HEM-742 INT, donde se promediaron tres tomas en el bra-
zo derecho con diferencia de dos minutos entre cada una,
quedando a criterio del examinador una cuarta toma.
Se procedió a determinar peso, talla y perímetro de cintura.
Estos datos fueron ingresados en los calculadores de per-
centilo de PA7 y percentilos de Índice de Masa Corporal8 de
Up to Date versión 17.1.
Para el diagnóstico y clasificación en normo-tensión, pre-
hipertensión o hipertensión arterial, dichos calculadores
utilizan los criterios del Fourth report on the diagnosis, evalua-
tion, and treatment of high blood presure9.
Para el diagnóstico y clasificación en bajo peso, normopeso,
sobrepeso u obesidad, los calculadores se basan en datos
del National health and nutrition survey (NHANES), CDC
(Center for Disease Control) y National Center for Health
Statistics10.
Se consideró bajo peso al nacer menos de 2.500 grs.
Los adolescentes que tenían un percentilo de PA <90 fueron
considerados normotensos.
A los participantes cuyo promedio de PA resultó igual o
mayor al percentilo 90, se los recitó para una segunda eva-
luación de su PA, la cual se llevo a cabo siguiendo el mismo
procedimiento de la primera visita. Luego de esta segun-
da evaluación fueron categorizados definitivamente como
normotensos, prehipertensos, o hipertensos.
En 245 adolescentes cuyos padres consintieron, se realizó
extracción de sangre en ayuno para determinación de coles-
terol total, HDL, LDL, triglicéridos, glucemia y creatinina.
Las muestras se analizaron en el laboratorio dependiente de
la Secretaría de Salud del Municipio de Gral. Pueyrredón.
La dislipemia fue definida por la presencia de al menos uno
de los siguientes parámetros: Colesterol total ≥200 mg/dl,
LDL-C ≥130 mg/dl, HDL-C <35 mg/dl o triglicéridos ≥150
mg/dl11.
Los valores de glucemia para normoglucemia, glucemia al-
terada en ayunas o diabetes, fueron definidos según Guías
de la ALAD. (Asociación Latinoamericana de Diabetes)12.
Se consideró fumador al consumo de un cigarrillo o más
por día.
El análisis estadístico se realizo con el sistema EPI Info 3.5.1
2008.
En la encuesta escrita entregada previamente se recabó el
peso al nacer de 825 de los adolescentes participantes. 50 de
ellos (6.06%) refirieron antecedentes de bajo peso al nacer.
El 12.6% de las madres y el 7.95% de los padres se conocían
hipertensos.
El 44.6% de los adolescentes agregaban sal a la comida. N:
1041. (Figura 4). El 1.6% refirió consumo de tabaco.
El 52.5% no realizaba actividad física extraescolar. N: 1041.
(Figura 5). 884 encuestados respondieron la pregunta sobre si alguna
vez le habían tomado previamente la PA. El 62,2 % de ellos
respondió negativamente. (Figura 6).
De los 245 adolescentes a quienes se les realizaron exáme-
nes de laboratorio, 39 de ellos (15.9%) presentaron disli-
pemia. El 41% de los adolescentes con dislipemia, tenían
sobrepeso u obesidad.
Se registró solo 1 glucemia alterada en ayunas.
Se encontró asociación estadísticamente significativa (p<0.01)
entre el desarrollo de HTA y la presencia de sobrepeso u
obesidad. (Tabla 1).
El bajo peso al nacer no mostró asociación estadísticamente
significativa para el desarrollo de pre-hipertensión o hiper-
tensión arterial.
DISCUSIÓN
Alrededor del 15% de los adolescentes tuvieron cifras de
PA elevadas, considerando a los hipertensos más los pre-
hipertensos. Este resultado es ligeramente superior a los
reportados en la literatura. En el Consenso sobre Factores
de Riesgo de Enfermedad Cardiovascular en pediatría, en
el apartado sobre Hipertensión en niños y adolescentes, de
la Sociedad Argentina de Pediatría (SAP)13 se informa una
prevalencia de hipertensión del 1 al 3% en la infancia, que
llega al 10% en la adolescencia. Lamentablemente, estos nú-
meros se encuentran muy por encima de los datos de déca-
das pasadas, principalmente en países desarrollados y en
vías de desarrollo, asociados seguramente al incremento en
los casos de obesidad infantil.
A un importante número de adolescentes evaluados, nun-
ca con anterioridad se les había tomado la presión arterial
en las visitas médicas efecruadas. Las diferentes guías y
consensos existentes sobre hipertensión arterial en niños y
adolescentes, como el Fourth report on the diagnosis, evalua-
tion, and treatment of high blood presure9, y el Consenso de
la Sociedad Europea de Hipertensión sobre Manejo de la
hipertensión arterial en niños y adolescentes14, recomien-
dan que la toma de presión arterial debe realizarse en cada
consulta en todo niño sano mayor de 3 años, y en niños de
menor edad, la PA debería medirse en circunstancias espe-
ciales en que pueda haber mayor riesgo de hipertensión,
como enfermedades neonatales que requieran asistencia
intensiva, cardiopatías o nefropatías congénitas y cuando
haya indicios de mayor presión intracraneal o tratamiento
con fármacos que eleven la presión arterial. La Sociedad Argentina de Pediatría, a través del consenso
previamente nombrado13 y la Sociedad Argentina de Hi-
pertensión Arterial (SAHA) en sus Guías sobre diagnósti-co, estudio, tratamiento y seguimiento de la Hipertensión
Arterial15 recomiendan la toma de PA desde el nacimiento.
Marcada evidencia existe sobre esta recomendación, pero
pareciera ser, según los datos que recabamos en nuestro tra-
bajo, que la toma de PA no es una práctica arraigada entre
los médicos que atienden a nuestros niños y adolescentes.
¿Cómo podemos los médicos convencer a la población en
general que controlen su presión arterial, si nosotros no
estamos convencidos de la importancia de la misma en el
examen físico? Creer que la hipertensión arterial es sólo un
problema de la vida adulta, es un grave error que nos impi-
de intervenir en forma temprana sobre la evolución de esta
devastadora enfermedad.
Una tercera parte de los adolescentes tenían obesidad y/o
sobrepeso
El porcentaje de adolescentes encontrados con exceso de
peso (sobrepeso 18,7% u obesidad 13,3%) es superior al re-
portado por Freedman DS y colaboradores16 del Bogalusa
Heart Study, donde describen una prevalencia de sobrepe-
so del 11% para el grupo comprendido entre 5 y 17 años.
Si comparamos los datos con trabajos de nuestro país y de
épocas más recientes como por ejemplo el trabajo de la Dra.
Kovalskys y colaboradores17, en donde se publica una pre-
valencia de sobrepeso del 20,8% y de obesidad del 5,4%,
sobre una muestra de 1289 adolescentes, o el trabajo del Dr.
Pedrozo en la ciudad de Misiones18, sobre 532 alumnos de
entre 11 y 20 años, en donde el 11,7 % presentó sobrepeso
y el 3,4 % obesidad, nuestros datos parecen demostrar que
la epidemia de la obesidad infantil se encuentra en franco
ascenso.
Estos datos toman mayor relevancia cuando relacionamos
el sobrepeso, la obesidad y los valores de presión arterial.
Como se muestra en la Tabla 1, los adolescentes con sobre-
peso (RR=2.55) y obesidad (RR=5.33) tenían mayor riesgo
de desarrollar HTA comparados con los de peso normal.
Casi la mitad de los adolescentes tenía por costumbre agre-
garle sal a la comida y más de la mitad de los encuestados
no realizaban actividad física fuera de la planificada en la
escuela. Es numerosa la bibliografía reportada que demues-
tra que el incremento de sodio en la dieta se acompaña de
aumento en los valores de PA. Del mismo modo, está am-
pliamente demostrado que la realización de actividad física
aeróbica genera descenso de las cifras de presión arterial,
independientemente del descenso de peso. Ambas condi-
ciones “no saludables” se potencian para el incremento de
la presión arterial, y como agravante se encuentra el hecho
que están presentes desde temprana edad. Es muy probable
que la gran mayoría de los adolescentes que no tenían por
costumbre realizar actividad física extraescolar se convier-
tan en sedentarios al finalizar los estudios secundarios.
Dislipemia
La prevalencia de dislipemia en los adolescentes varía en la
bibliografía consultada, y ello depende en gran parte, de los
parámetros del perfil lipídico que se hayan evaluado y si se consideran grupos con normopeso o sobrepeso. El estudio
FRICELA19 refiere que en Argentina el 11.7% de los adoles-
centes presentaban valores de colesterol total por encima
de 200 mg/dl.
El estudio de Arjona Ortegón y colaboradores de Cos-
ta Rica20, presenta valores similares en cuanto a la preva-
lencia de colesterol total elevado (12.35%) y muestra una
prevalencia de hipertrigliceridemia del 12%, HDL-C bajo
del 9.9% y LDL-C elevado del 13.3%. El estudio de Sala-
zar Vázquez y colaboradores21 presenta una prevalencia de
hipertrigliceridemia del 7.3% y del 29.1% considerando la
ausencia o presencia de obesidad, respectivamente.
Para el estudio ERICA se considero que la alteración de
cualquiera de los parámetros, ya sea que esté elevado en
forma aislada o en combinación con otros, era suficiente
para definir la presencia de dislipemia, como lo afirma el
Consenso sobre Factores de Riesgo de Enfermedad Cardio-
vascular en Pediatría de la SAP, en el apartado sobre hiper-
colesterolemia22. Figura 7
Un número mayor de adolescentes a quienes se les hubiese
realizado pruebas de laboratorio, para determinar el perfil
lipídico, permitiría el mejor análisis de los resultados ha-
llados.
CONCLUSIONES
La epidemia de obesidad, lamentablemente, se ha traslada-
do a edades más tempranas de la vida.
Los cambios socio-culturales típicos de la occidentaliza-
ción, con el aumento de grasas saturadas y alimentos ricos
en sodio en la dieta, junto a la reducción de la práctica de
actividad física, nos lleva a encontrar cada vez con mayor
frecuencia niños con sobrepeso y obesidad, y como era de
esperar, con incremento en los niveles de presión arterial.
Existe la errónea convicción de que la enfermedad cardio-
vascular (ECV) es propia de la vida adulta, sin tener en
cuenta que la ECV comienza a edad cada vez más tempra-
na, desaprovechando la oportunidad de intervenir en for-
ma precoz y de manera más eficiente.
Por lo mencionado anteriormente, podemos afirmar que
la determinación de la presión arterial debe de realizarse
sistemáticamente en el examen físico del niño y del ado-lescente, intervención ésta de bajo costo y alto impacto que
facilitaría la detección precoz de la enfermedad cardiovas-
cular hipertensiva.
La implementación de recomendaciones sobre alimenta-
ción y estilo de vida, baja ingesta de sodio, normalización
del peso corporal, junto a la estimulación para la práctica
de actividad física regular, aporta un importante beneficio
adicional en el control de los factores de riesgo cardiovas-
cular, favoreciendo un estado saludable en adolescentes y
adultos jóvenes.
Agradecimientos
Los autores del trabajo agradecen a los padres y alumnos de
la comunidad educativa de la ciudad de Batán, ya que sin
su participación el mismo no podría haberse llevado a cabo.
Del mismo modo, se hace extensivo este agradecimiento
a los directores, profesores, maestras, preceptores y perso-
nal en general de las escuelas donde se realizó este trabajo:
Escuela primaria básica N° 23 y Escuela secundaria básica
N° 57 de Boquerón, Escuela primaria N° 51 y Escuela se-
cundaria N° 43 del paraje San Francisco, Escuela primaria y
secundaria del paraje Los Ortiz, Escuela primaria y secun-
daria de Chapadmalal, Escuela N°7, Escuela N°9, Escuela
N°32, Escuela Nuestra Señora de Luján y Escuela Caralud-
me, de la ciudad de Batán.
Agradecemos también al Secretario de Salud del Partido de
Gral. Pueyrredón, Dr. Alejando Ferro, por su apoyo incon-
dicional y a los amigos que nombramos a continuación por
sus aportes para hacer realidad este estudio: al Dr. Hugo
Morales, a los Bioquímicos Martín Biscaychipy y Daniela
Escurra, a las Licenciadas Mirta Pereira, Mónica Martínez
y Jadranca Juric, a las técnicas de laboratorio Carolina Ga-
llardo Jan y Marta Elvira y a la secretaria Leticia Paredes. A
todos ellos, Gracias por su inestimable cooperación.
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