Estar sometido a estrés de manera constante puede dar origen a desórdenes mentales como depresión, agresividad, ansiedad, alteraciones del sueño y problemas de memoria y aprendizaje, porque promueve el aumento de diversas sustancias segregadas en el cerebro,
afirmó José Antonio Terrón Sierra, del Centro de Investigación y de
Estudios Avanzados (Cinvestav) del Instituto Politécnico Nacional (IPN).
El científico explicó que diversos estudios sugieren que la
estimulación crónica del sistema de alarma provocada por el estrés
promueve aumentos anormales de los niveles circulantes de cortisol
(conocido como hormona del estrés) y una respuesta exagerada del mismo
ante nuevas confrontaciones. Lo anterior produce alteraciones en
sistemas neuronales como el de la serotonina, sustancia involucrada en
la regulación del estado de ánimo, la ansiedad y otras funciones y
patologías.
Los efectos de mantener altos niveles de estrés, como la depresión, considerada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) la primera causa de discapacidad en el mundo, puede tener efectos severos en la salud. Sin embargo, Terrón Sierra indicó que en
México no se ha realizado un estudio epidemiológico completo para
determinar con parámetros específicos el nivel de estrés de la
población.
La OMS advierte que al menos una de cada cuatro personas que habitan el planeta sufrirá una enfermedad mental, y 50 por ciento de ellas comenzará a padecerla a los 14 años.
Terrón Sierra indicó en un comunicado de prensa que el mecanismo de
alarma constituido fundamentalmente por el sistema nervioso simpático y
el eje hipotálamo-pituitaria-adrenal está diseñado para movilizar una
serie de recursos en el organismo que lo preparan para hacer frente una
situación de peligro.
El problema surge, precisó, cuando la activación del sistema ocurre
frecuentemente, sobre todo ante situaciones de riesgo creadas por la
mente, fenómeno muy frecuente en las sociedades modernas a escala
mundial. Los seres humanos hemos asumido que una serie de circunstancias externas al organismo son las causantes del estrés, como el tránsito vehicular, la gente, las presiones económicas, laborales o familiares.
Precisó que no se ha considerado que el origen de la
estimulación crónica de la respuesta de estrés y todos los desórdenes
que desencadena puede encontrarse a otro nivel, es decir, una grave disfunción de la mente.
"Esto no es un punto de vista ni una conclusión, sino un hecho que
simplemente señalo: vivimos en una sociedad ampliamente disfuncional".
Los efectos del estrés en la población han comenzado a ser uno
de los factores considerados por la OMS como parte de los riesgos para
la salud mental, pues se estima que las enfermedades
neurosiquiátricas causan un tercio de las pérdidas económicas por
discapacidad a escala mundial, y representan 13 por ciento de la
morbilidad total.
A esto se agrega que al menos 80 por ciento de la carga de morbilidad por enfermedad mental se presenta en países pobres o en vías de desarrollo,
mientras que de todas las discapacidades, aquellas generadas por un
padecimiento mental, están asociadas entre 70 a 80 por ciento con el
desempleo, por lo que son quienes menos recursos tienen para acceder a
un tratamiento.
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